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viernes, 4 de marzo de 2011

"LA SOMBRA DE MARCOS SE ABURRÍA": DOS RELATOS DE LUIS MIGUEL SOTILLO Y MIGUEL GARRIDO CARPIO, DE 1º A ESO

LUIS MIGUEL SOTILLO, de 1º A de ESO, ya ha aparecido en este Blog y nos encanta darle la bienvenida de nuevo. Nos trae en esta ocasión un breve relato protagonizado por un niño, Marcos,  y su sombra. Uno la única historia que recuerda de una sombra es la famosa y apasionante novela del alemán von  Chamisso titulada  "La extraña historia de Peter Schlemihl", en que el personaje del mismo nombre vende su alma al diablo. Esta historia que presentamos hoy es mucho más corta y más alegre, lo que agradecemos a su autor.

MIGUEL GARRIDO CARPIO, también de 1º A ESO, nos trae también a Marcos y a su sombra. No hay coincidencia ni plagio con respecto a la historia anterior, simplemente el profesor Juan Acebes propuso a sus alumnos que continuasen un cuento que empezaba así: "La sombra de Marcos se aburría.". Estos dos relatos son los seleccionados en la clase, sin desmerecer a otros que seguro que reunían méritos.





 "LA SOMBRA DE MARCOS", por LUIS MIGUEL SOTILLO, de 1º A ESO

La sombra de Marcos se aburría. No quería seguir pegada a su dueño, así que, un día de verano, rompió todos los lazos que le unían a él y salió a explorar el mundo que le rodeaba, más allá de la vida del niño de cinco años que era su dueño.
Marcos no echó en falta a su sombra, pues era algo efímero y sin importancia. La sombra caminaba solitaria por las calles mirando las cosas que le llamaban la atención y observaba con pena a las demás que estaban encadenadas a sus dueños y destinadas a compartir toda su vida con sus dueños. Todas las sombras la miraban con envidia y tristeza, dándose cuenta de que ellas jamás serían libres, pues ella era la única que había logrado la libertad. La sombra analizaba cuidadosamente la ciudad, pues era un lugar totalmente nuevo para ella, le parecía un lugar enorme y bastante raro, veía a  toda esa gente que tenía tantas preocupaciones, ya que ella jamás tendría preocupación alguna, en la larga vida. Observaba la prisa con que se movía la gente, pues ella no tendría que preocuparse del tiempo, porque tenía todo el tiempo del mundo para observar y analizar la vida que había a su alrededor.
Pasaron tres años y la sombra descubría cada vez más la cara oculta de la vida, y se daba cuenta de que no toda su vida iba a ser como ella pensaba; estaba condenada a la eternidad, una eternidad viendo cómo se iba apagando la vida de su alrededor y la gente que había conocido y querido iba desapareciendo ante sus ojos. La sombra empezó a notar un gran vacío en su interior. Todas las noches se preguntaba sobre el estado de su antiguo dueño. Echaba de menos la vida de su dueño, ver el mundo a través de un niño que ya tendría ocho años, que no tenía preocupación alguna y que no conocía ni la cuarta parte de la vida real.
La sombra buscó desesperadamente a su dueño, deseando volver a atarse a él y no soltarse jamás, pues había descubierto que el mundo era un lugar frío y despiadado.
La sombra encontró al fin a su dueño, intentó llorar de la alegría, pero no había vida en su cuerpo. Se unió a su dueño y no se soltó de él hasta años después, cuando su dueño fue enterrado y ella con él.




"LA SOMBRA DE MARCOS", por MIGUEL GARRIDO CARPIO, de 1º A ESO

La sombra de Marcos se aburría. No quería seguir pegada a su dueño, así que un día en el que Marcos se estaba echando una siesta, su sombra se fue.
 Cuando se despertó y se dio cuenta de que su sombra no estaba, se puso a buscar por todos lados: su habitación, el comedor, la cocina, etc. Pero no estaba, se había ido de la casa.
Estuvo buscando una semana entera por toda Fuenlabrada, preguntó al señor Márquez, a sus amigos, a todas las personas de los sitios donde creía que se podía haber ido. Desde entonces no estuvo feliz, y cada vez que llegaba a casa, su mujer le decía:
-Descansa, que seguro que mañana está otra vez contigo.
Pero al día siguiente seguía sin estar con Marcos. Buscaron en Leganés, en Móstoles, en Vallecas, pero nadie la había visto, y cada día que pasaba Marcos se desesperaba más y tenía menos esperanza de encontrarla.
Un mes después, un señor, por la mañana, le llamó desde Villaviciosa de Odón y le dijo que había visto una sombra. Se dirigieron hacia allí sin perder el tiempo, fueron donde el señor les indicó. La buscaron por los alrededores, pero cuando ya era de noche y se iban a ir, la encontraron detrás de un cubo de basura, temblaba y tenía miedo. Marcos le dijo:
-Te he echado mucho de menos, ¿por qué te fuiste? Hemos estado muy preocupados por ti.
- Me aburría contigo –dijo la sombra-, pero a la semana de irme comprendí que no debería haberme ido. Tenía frío, miedo y no tenía un lugar donde descansar.
Así que Marcos, ya con su sombra, y su mujer, se fueron a casa muy cansados, pero alegres.

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