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Este BLOG os pertenece, es vuestra puerta al mundo de la escritura, es decir al mundo de la vida. Podéis abrir la puerta con suavidad, sin apenas meter ruido. O podéis abrirla de forma escandalosa, llamando la atención de todos. Podéis entornarla un poco, o podéis abrirla de par en par. Cada uno tiene que encontrar su propia forma de llamar a esa puerta, de abrirla, de hablar con los que están dentro o con los que quedan fuera. Parece fácil, pero ese aprendizaje puede llevar toda la vida.

martes, 2 de noviembre de 2010

VIVIR LA ESCRITURA, ESCRIBIR LA VIDA: RELATOS DE ROSARIO RABÍ, LYDIA RUBIO Y CRISTINA ZAZO


Escribir es un acto vital y, como tal, no está apartado de la vida del escritor. Incluso el más fantasioso de ellos impregna con su propia realidad todo lo que escribe, no importa que sitúe el ambiente de sus obras en una lejana galaxia o en la profundidad de sus sueños. En ese sentido no es descabellado afirmar que toda obra es autobiográfica.

Este ejercicio de redacción  en la clase de 3ºB ESO no pretendía demostrar ni esta tesis ni la contraria, por otra parte perfectamente defendible. Solo exigía como condición que en cada relato apareciese un escritor en el acto de escribir y que la realidad del escritor- ficción ella misma- se confundiese con la ficción de su escritura. No era fácil explicarlo, menos aún entenderlo, pero algunos de los relatos que aquí presentamos logran una aproximacion  bastante lograda a lo que pretendiamos.Ese es el mérito exclusivo de sus autoras.
CRISTINA ZAZO se sumerge  y nos sumerge en el mundo de los sueños. ROSARIO RABÍ encuentra la inspiración gracias a un casco de moto perdido, cuyo hallazgo se la restituye.  Las narradoran de sus historias  vislumbran el amor que buscan en su obra.  LYDIA RUBIO, por su parte,  nos acerca a la dura realidad del mundo, donde el lugar de nacimiento determina la vida y la muerte.
Leamos sus relatos. En ellos la escritura se vive y la vida se escribe.



"ESCRIBIENDO MI PROPIA HISTORIA", de  CRISTINA ZAZO.

"No lo puedo creer", me repetía a mí misma una y otra vez mientras volvía a borrar el texto de mi ordenador por vigésima quinta vez. Estaba totalmente convencida de que aquella novela iba a ser muy buena para mi corta edad, y ahí me tenían, con la cabeza enterrada entre los brazos y totalmente bloqueada ante el teclado que tenía delante. La novela comenzaba en un modesto pueblecito en el que una joven se enamoraba de un chico fruto de su imaginación, una simple ilusión que aparecía en sus sueños, un completo espejismo al que ella se aferraba y que, cuando intentaba abrazarlo, se evaporaba, perdiéndose su imagen en la nada y la muchacha se quedaba completamente sola.

En mi cabeza se agolpaban mil ideas, pero eran contradictorias o no estaban lo bastante elaboradas para el nuevo libro. Lo cierto es que yo lo había soñado también y suponía que aquella historia la escribía mi subconsciente, queriendo de alguna manera expresar mis sentimientos, retratarlos en aquella chica que sentía tanta desesperación por un producto de su mente. Sí, tienes razón, yo también pensaba  que me estaba volviendo loca. Una muchacha normal de catorce años tiene demasiadas cosas en la cabeza, pero pocas de esas chicas tienen la idea de querer escribir un libro.

En aquel punto de la historia la chica había seguido a su amado, sin rumbo, sin saber si esta vez era real, pero se había desvanecido dejándola otra vez sola en medio del bosque. Era exactamente así como había terminado mi sueño; yo no había despertado y mi sueño había quedado incompleto. Pero ahora no sabía qué habría pasado de haber seguido soñando. Aquel chico podría ser algo más que una imaginación de mi propio sueño. Miré el reloj, era ya media noche y estaba cansada, así que guardé el texto y me metí en la cama, concentrándome en el misterioso muchacho.

La noche pasó lenta, entre sueños bonitos y dulces en los que me pasaba la noche entera conversando con aquel chico. Le preguntaba cosas y él me ayudaba a terminar mis ideas para mi nuevo libro. Me levanté con una sonrisa y encendí el ordenador para escribir todo sin perder detalle.¿Quieres saber cómo seguí mi libro? Pues un buen resumen puede ser éste:

"Aquel chico empezó a hablar con la muchacha, se contaban sus cosas y ella era feliz, pues él era solo para ella porque sólo ella lo veía. Unos la tomaban por loca, otros simplemente intentaban comprenderla. El contacto con el chico era extraño, ella lo sentía. Cuando lo abrazaba sentía su calor; sin embargo, cuando ella cerraba sus brazos en torno a él, él era una figura de humo, incorpórea a veces, y otras veces más compacta.  Para ella era especial, simplemente era un chico diferente al resto. Y así pasaron sus días juntos en cada momento, y juraron no separarse jamás."





"ROMANCE",  de ROSARIO RABÍ

Era una tarde nublada de domingo, el cielo estaba de un color grisaceo que casi daba miedo. Era de esos días en que no te apetece hacer nada, pero un escritor obligado a  sacar una nueva obra como yo, no se lo puede permitir, así que, sin darle muchas vueltas, me preparé para escribir la primera página de mi narración.

Tenía una historia en la cabeza, hacía mucho tiempo que me había planteado la idea, pero nunca sabía ni cómo ni por dónde empezar.

Me tumbé en el diván frente a la ventana del salón a ver si así me venía una  inspiración repentina. Cogí la pluma y una hoja.

Había pasado media hora y la hoja seguía intacta. No sabía cómo empezar la historia de amor que tanto me había costado pensar. Empecé a desesperar, así que decidí dejarlo para otro día antes que meter la pata con frases frustradas y sin sentido.

Como todos los lunes, cogí la moto para ir al estudio. Había un atasco monumental, así que decidí atajar por las estrechas callejuelas que hay en Barcelona.

Por fin aparqué la moto y subí al estudio. Allí empecé a redactar unos documentos. De repente llamaron a la puerta. Cuando abrí, una chica de unos veinticinco años llamó a la puerta y me entregó mi casco de la moto.
Se me había caído, pero por suerte tenía la dirección del estudio escrita en su interior.

Recogí el casco de sus pálidas y suaves manos. Estaba un poco aturdido, no podía creer que alguien se molestara en llevarme  el casco hasta allí y menos una chica tan interesante como ésa.

Llegué a casa cansado, pero muy ilusionado por el inesperado flechazo que había sufrido por aquella chica.

Aunque horas antes tenía la mente en blanco y no sabía cómo empezar mi historia, todo había cambiado tras conocerla. !Qué mejor manera de comenzar una historia de amor que con  tus propias vivencias!




¿DÓNDE NACER?, de LYDIA RUBIO

Ya es de noche, casi no me ha dado tiempo a nada. Esta tarde he llegado de mi último viaje. Además hoy estreno nuevo apartamento, claro , por eso está todo revuelto, mi trabajo a medio hacer, y así es imposible sentarme cerca de la ventana, con una luz cálida, como de costumbre, y empezar a pensar en mi libro. No sé a quién va dirigido, me tiene totalmente confundida. Cuanto más investigo y me documento con mis viajes, más confusa estoy. Lo único que tengo claro es el título: "¿Dónde nacer?"
Mañana intentaré sacar de todas estas cajas mis apuntes y volver a leerlos, para completarlos luego con los de mi reciente viaje. Tengo que ordenar ideas para poder transmitir mis intereses, dudas y experiencias a mis futuros lectores.

Hay una diferencia abismal de un lugar a otro: familia, cultura, ser hombre o mujer, la época en la que vives, dónde...

¿Cómo empezar?

¿Podré explicar a quienes mueren de hambre, frío, enfermedades, que trabajan muy duro desde pequeños, que no tienen agua, higiene, electricidad, móviles, ordenadores, educación...que hay un mundo totalmente distinto, inimaginable para ellos?

Un mundo donde personas iguales a ellos tiran comida, luchan por no engordar, no les vale cualquier marca de ropa, donde el móvil es imprescindible... quizás piensen que estoy loca.

Contaré con la ayuda de mi protagonista, Mirella, un hada que capítulo a capítulo nos enseñará las diferentes formas de nacer. Tengo mucho trabajo por delante.

Primeramente, a Mirella le toca explicar el mundo musulmán, por qué las mujeres desde pequeñas tienen que estar tapadas con un velo o un burka. Por qué están discriminadas, infravaloradas, constantemente sometidas al control del hombre. Por qué cuando las niñas tienen la primera menstruación son consideradas adultas y se les busca un marido. Por qué la "mujer" entonces deberá acatar la decisión del hombre, le guste o no. Por qué las mujeres que tengan relaciones extramatrimoniales, aunque estén divorciadas, serán lapidadas. Por qué no tienen derecho a la educación.

Es muy duro mi trabajo; lo que cuento puede parecer irreal, pero desgraciadamente es la verdad.

Hasta alguna vez Mirella se asustará de lo que vaya a contar.

1 comentario:

  1. La historia que mas me ha gustado es la de Cristina porque tiene como una magia, no sé, algo especial.

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